Jornada 30/08

El único medio que saca algo sobre el juicio es mediamza.com. Dejamos la nota:

La policía no recuerda


Esta mañana declaró el ex policía –retirado con el grado de sargento- Juan Carlos Gallardo, que trabajó en Infantería en 1976. Su rol fue de chofer de todo tipo de vehículos, y su rol en cuanto al objeto procesal de la causa fue su desempeño llevando y trayendo detenidos desde Infantería hasta y desde la Departamental.

Le parece que en esos años su superior era David Masachesi u Orlando Gutiérrez, aunque no recuerda bien. A los imputados en este juicio no recuerda haberlos visto en ninguno de los lugares donde llevó detenidos, y vale destacar que al ex Teniente Guevara ni siquiera lo conoció.

Contó que los traslados se hacían en horas del día, que un militar se sentaba a su lado y que su único rol era transportarlos. Sintió el nombre de los ahora desaparecidos, pero después por los medios.

Luego declaró el ex Comisario General, Hugo Jesús Orihuela Moreno quien manifestó ser en la actualidad amigo personal de los imputados Ruiz Soppe y Labarta, aunque no conoce a Guevara y a Egea Bernal solo lo conoce de vista por haber sido el abogado de la policía.

Trabajó en Investigaciones de la Policía de Mendoza, donde era Oficial Principal. Su jefe allí era el Comisario Osvaldo Barrera.

No detuvo ni trasladó detenidos, y no recuerda haberlos visto en las oficinas donde se desempeñaba. Dijo que “no sabía que había detenidos en San Rafael hasta hace dos o tres años”.

Mas tarde declaró Rodolfo Pelloni, que tenía en los años ‘70 una empresa constructora. Mientras hacía viviendas en Monte Comán, Ruiz Soppe le pidió hacer una comisaría en la ruta a La Orqueta. La empresa la hizo y se la donó a la Policía. El Ingeniero a cargo de esa obra, era Llorente, esposo de Susana Sanz. Mas allá de su testimonio, este testigo no sumó demasiados datos a la causa.

Declaró después el ex Comisario Inspector Ángel Videla Morcón. Trabajó en la Unidad Regional 2ª desde 1972 hasta 1977 aunque no recordó si en esa época era Oficial Ayudante o Suboficial Inspector. Tampoco sabía que en esos años hubo desaparecidos.

Dijo que si bien los habían instruido sobre las “actividades subversivas” que había en el país, en San Rafael no hubo tales manifestaciones.

Luego de un cuarto intermedio, declaró Julio César Maunás Lobo, quien había sido señalado por el testigo Juan José Martínez como un hombre que trabajó durante esos años en Radio Municipal. Sin embargo Maunás aseguró que en 1976 él era aún alumno de secundaria en Córdoba, y que llegó a San Rafael en 1981. Desde 1984 trabaja en LV4, y entró como Jefe del Departamento Técnico.

Es Técnico en electrónica y comunicaciones, por lo que entró a trabajar en el año que llegó al Servicio de Inteligencia como radioescucha. Su actividad estaba dentro del plan estratégico militar sobre el marco regional externo, es decir Chile, país al que se “espiaba”.

Finalmente declaró polémicamente la locutora y periodista Norma Edith Sarmiento, mujer que trabajó durante 32 años en Radio Municipal.

Contó que no vio militares en el Municipio en esos años. “Jamás vi una irregularidad en nada”. Después de algunos años se enteró que se decía que en la radio había funcionado un centro de torturas, lo cual “le dolió mucho” y desmintió completamente, “allí no hubo ninguna irregularidad”, dijo y aseguró que “hay muchos que especulan por dinero o por poder”, aunque no quedó muy claro su punto de vista en cuanto a las razones que llevan a asegurar que ese fue un lugar donde “picaneaban” gente.

“Yo voy a atestiguar a favor de los militares porque mi mejor época de trabajo con cultura, respeto y educación fue esa, y lo digo a costa de que pueda pasarme algo mañana”, dijo.

Manifestó además que muchos funcionarios se colocaban en esos años y en la actualidad por acomodo, e incluso nombró a Juanjo Martínez (quien la había nombrado en su indagatoria), como uno de los que “acomodó” la política. También aseguró que “Orbelli estuvo un tiempo desmanejando la radio”.

Mañana declara el Comisario retirado Oscar Pérez, actual miembro del Consejo Departamental de Seguridad.

Más sobre la visita de Víctor Basterra

Les dejamos la nota que sacó Diario San Rafael por la actividad que organizó nuestro espacio en la biblioteca Mariano Moreno: La muestra fotográfica y testimonio de Raúl Basterra, quien estuviera detenido en la ESMA entre los años 1979 y 1983.


El ex detenido que arriesgó su vida para rescatar fotos de prisioneros de la ESMA

Ante un lleno total de público, incluso con gente en la vereda, en la sala central de la Biblioteca Mariano Moreno ofreció una disertación Víctor Basterra, uno de los sobrevivientes del terrorismo de Estado en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), por donde se cree que pasaron más de 5 mil detenidos políticos, la mayoría de ellos desaparecidos. De profesión fotógrafo y gráfico en valores bancarios y experto en seguridad para evitar la falsificación de dinero, fue detenido junto a su esposa Laura Seoane y una hijita de dos meses el 10 de agosto de 1979 a las 10 de la mañana de su casa de calle Tuyú, en Lanús.

De allí fueron trasladados a la sede de la ESMA, donde Basterra fue sometido a una brutal paliza, mientras que Laura fue conducida a un sótano donde "me sacaron la ropa, me ataron de pies y manos a los barrotes de la cama y me picanearon sin piedad. Ahí supe lo que era la picana", contó Seoane al Tribunal Oral Federal Nº5, de Capital Federal, donde se juzga actualmente a varios represores, entre ellos al más tristemente célebre represor Ricardo Miguel Cavallo, alias "Sérpico" o "Marcelo", el famoso confesor de los "vuelos de la muerte" y por lo que fue detenido en México por disposición del juez español Baltazar Garzón.

Basterra contó a nuestro diario que "estuve prisionero cuatro años y siete meses; luego de varios meses de tortura en 'la capucha' (un altillo de la ESMA), un día me llaman y me dicen que estaba obligado a trabajar como fotógrafo y a falsificar documentos, con los que se proveían los militares para salir a robar autos particulares que utilizaban en los secuestros o para circular en las 'zonas liberadas".

Consultado sobre Cavallo, quien al momento de su detención era el Director del Registro Vehicular de México, donde armó un negocio ilícito de 400 millones de dólares, y respecto de las fotografías que sacó ocultas en su calzoncillo, Basterra señaló que "no fue el único que cayó y están juzgando gracias a esas fotos, son muchos más. Yo perdí mi casa, la que todavía está en litigio, porque nuestros secuestradores se llevaron a mi madre y le hicieron firmar un papel donde decían que la vivienda quedaba en poder de ellos a cambio de dejarme en libertad".

Sobre los juicios que se están realizando en todo el país contra los acusados por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura, señaló que "es alentador que esto ocurra, pero todo es producto de más de 30 años de lucha que han llevado adelante luchadores sociales, de derechos humanos, sobrevivientes, Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, del pueblo en general. Y nos pone bien que una parte de la justicia intenta ponerse a la altura de las circunstancias, muy por el contrario de aquella justicia que en los años de la dictadura silenciaba todo o apoyaba la crueldad de la tortura, las desapariciones y las muertes. Tuvo que intervenir Baltazar Garzón, un juez que es ejemplo de justicia, que creó la figura de la justicia universal para que ningún gobierno dictatorial quede sin pagar lo que hizo", sentenció finalmente.

Repercusiones muestra fotográfica y debate organizado por nuestro espacio

El pasado martes nuestro espacio presentó en la biblioteca Mariano Moreno la muestra fotográfica y testimonio de Raúl Basterra, ex detenido desaparecido entre los años 1979 y 1983.
Compartimos con ustedes la nota que sacó mediamza.com.





Imágenes de la memoria


A la biblioteca concurrió el fotógrafo Carlos Basterra, cuya historia el público presente escuchó con atención, llegando a estremecerse en varias ocasiones dada la crudeza de sus palabras.

En su relato contó que fue secuestrado y llevado a la ESMA el 10 de agosto de 1979 junto con su esposa y su hija, a quines liberaron poco tiempo después. Raúl fue duramente torturado al punto de quedar con una lesión grave en la columna, y permaneció mas de 4 años allí. No estaba solo, o al menos eso intuía por estar esposado, con una capucha y con grilletes. Recién a los 10 días se las empezaba a rebuscar para levantarse un poco la capucha e intentar visualizar dónde estaba. “No era sólo tortura física, sino que también lo era la incertidumbre de no saber lo que iba a pasar en media hora. Había una determinación para destruir al individuo”.

Basterra contó habló de las torturas sufridas por él y por otras personas, Vale destacar que por la ESMA pasaron más de 500 detenidos y muchos de ellos nunca volvieron a aparecer.

Los militares usaban identidades falsas para robar autos, hacer procedimientos o transacciones comerciales, pero para eso necesitaban fotos para armar las documentaciones. Dado que Basterra era obrero gráfico calificado, lo utilizaron como mano de obra. Pero ellos “no contaron con la astucia” de Raúl, que de cada uno guardó una foto. “Yo había recibido un mandato de mis compañeros detenidos, me dijeron ‘negro, si zafas de esta que no se la lleven de arriba’ y eso para mí fue un mandato que yo tomé y esperé la oportunidad”.




Jornada 25/08

Suarez era un hombre dificil dijo Orbelli

Se desarrolló hoy la 25º jornada del juicio que se lleva adelante en San Rafael por los delitos de lesa humanidad y en la oportunidad declaró el Periodista Angel Ismael Orbelli, quien pidió hacer un testimonio ya existen versiones que indican que el piso de Radio Municipal en la comuna local fue utilizado como lugar de tortura . Orbelli señaló haber presentado la renuncia al mayor suarez quien se hizo cargo de la municipalidad y describió a Suarez como un hombre dificil
al Mayor Suarez su renuncia, algo que no le gusto al militar.

En otro pasaje de su testimonio Orbelli indicó que los periodista no tenian posibilidad de manejar informacion y en que en ese momento no se hablaba de los desaprecidos.

Consultado sobre la conferencia de prensa que se brindó despues de haber tomado el poder los militares, dijo no recordar si había concurrido y dio nombre de algunas personas como Cesar Robles , Norma Sarmiento, Juanjo Martinez que trabajaban en la emisora.

Producto de las declaraciones de Orbelli, el tribunal va a citar a Norma Sarmiento, Edgar Martín Ferreyra, y julio Cesar Maunás.

Recordó el periodista que en aquella epoca del gobierno militar había una prohibición de emitir música de Mercedes Sosa, Los Fronterizos,León Gieco entre otros.

Este miércoles también declaro Omar Rodolfo Luquez ordenanza de judiciaales a quien le ordenaron buscar un libro y que observó le faltaban algunas ojas.

Nota a Mariano Tripiana en mediamza.com

"Estamos contentos porque la sociedad comenzó a participar del Juicio" remarcó Mariano Tripiana


El Señor Mariano Tripiana se mostró muy conforme con el desarrollo del Juicio por crímenes de lesa humanidad que se viene desarrollando en esta ciudad. "La sociedad comenzó a participar y esto es un cambio muy positivo porque ya se han presentado varios testimonios en forma espontánea".

Este cambio según Mariano "es fundamental porque la gente no tiene que tener miedo a declarar pues hoy existe la libertad de expresión, hecho que no ocurría durante la época de mi padre".

El jóven se mostró esperanzado con el resultado de este juicio "porque creo que vamos a llegar a la verdad y tengo fe en que podamos hallar los cuerpos de nuestros padres".

Respecto al rol que cumplió la Iglesia durante la dictadura y a las expresiones vertidas por el Padre Alvarez al Diario "EL Sol", Tripiana recordó que "su madre fue una de las primeras que fue a golpear las puertas de la Catedral y el entonces Monseñor Krug nunca le dió respuestass, además decir que hubo autodesaparecidos es una barbaridad y una falta de respeto".

El hijo de Francisco se refirió también a la muerte de José Mussere y Cristóbal Ruiz y expresó que "estos señores se han llevado muchos secretos a la tumba pero que hay otros como el "Poroto" Sosa o Trentini que deberían estar procesados ya que ellos también actuaron como marcadores".

Para finalizar, Mariano recordó que el próximo abogado del Teniente Guevara, Eduardo Sinforiano San Emeterio, "fue según varios informes de prensa un colaborador del grupo de tareas que operó en el centro clandestino de detención " Automotores Orletti" y además un provocador como la Sra Pando".
Domingo Mauricio hizo durísimas imputaciones al cura Revérberi

Luego del testimonio de Angélica Escobar de Sandoval, declaró el Dr. Domingo Mauricio, que cuando fue el golpe militar del 24 de marzo de 1976 estaba a cargo de la 2ª Fiscalía Correccional y que en noviembre de ese año asumiera como Juez de Instrucción.

Contó que la mañana del golpe cuando se dirigía a su trabajo, le dijeron que había habido un golpe militar y lo citaron más tarde a la Cámara del Crimen donde se encontró con el Mayor Suárez y el Delegado de la Corte Gardos, entre otros funcionarios. El militar dijo que se instalarían allí. “Suárez cometió actos indecorosos para un militar, como pasarse de copas”, dijo el ex magistrado.

Un empleado que trabajaba en esa fiscalía, Sergio Chaki, fue detenido y llevado a punta de pistola desde su oficina hasta los calabozos de ese mismo edificio. “Es cierto que se lo llevaron así, pero yo no lo vi.”, dijo el ex magistrado y agregó que quien lo detuvo fue el ex comisario Trentini.

Chaki en su declaración, fue uno de los que nombró al cura Franco Revérberi, ahora procesado por delitos de lesa humanidad. El Dr. Mauricio no vio al sacerdote, aunque sabe que fue Capellán de Caballería, e incluso contó que “fue echado de esa capellanía por abusar sexualmente de los soldados”.

En mayo del ’76 se presentó una mujer buscando a su hija, Rosa Luna, que había desaparecido. A pesar de sus denuncias en la comisaría 32º no había obtenido respuestas. Fue en ese momento que el Dr. Mauricio comenzó a notar la existencia de desaparecidos. “Todo el mundo sabía que había un centro de detención bajo Tribunales, incluso la Corte”, aseguró, aunque no sabía que también se hacían torturas allí.

Mauricio contó también que la época estuvo muy marcada por la inseguridad que se vivía tanto a nivel jurídico como económico. Incluso dijo “yo hacía dormir a mi hijo en mi casa con miedo de que nos pusieran una bomba. Que se produjeran hechos anormales era lo normal”. Sin embargo descartó el hecho de que en San Rafael haya habido terroristas.

El Tribunal hace varias jornadas que está tras los pasos de un abogado de apellido Cuervo, que ha sido nombrado por muchos testigos. Antes del cuarto intermedio, un hombre mayor del público se puso de pie y en voz alta le dijo al juez que quizás sabía quién era ese Dr. Cuervo. El Presidente del Tribunal lo llamó, le tomó juramento y lo dejó declarar. No dejó muy claro nada ya que el hombre empezó a hablar de otras cosas, aunque dejó algunas direcciones.

El magistrado también informó a las partes el sobreseimiento del ex médico de la Policía de Mendoza, Cristóbal Ruiz Pozo, porque con la muerte se extingue la acción penal, y por el principio presunción de inocencia.

Luego declaró el Dr. Humberto Roca que estuvo detenido desde el 1º de setiembre del ’76 hasta el 28 de diciembre de ese mismo año. Tenía 21 años cuando se lo llevaron junto a su novia de la casa de la joven. “Hicieron un operativo como si fueran a detener a Bin Laden”, dijo el abogado dada la magnitud del procedimiento. Quien parecía haber estado a cargo de el mismo, fue el nombrado Fernando Cuervo, que decidía que había que llevarse en el allanamiento. “A mi novia le llevaron un guardapolvo con la cara de Mafalda dibujada en él” contó.

La chica fue liberada al otro día, pero Roca permaneció detenido e incomunicado lo que le significó una tortura psicológica. Un día también lo torturaron físicamente: López y Fierro le pusieron una toalla en la cabeza y lo llevaron a Bomberos donde le dieron una fuerte paliza. Le preguntaban por su amistad con otro detenido llamado Germán Ríos, quien a su vez estaba detenido por ser amigo de algunos presuntos miembros del ERP.

Recordó que durante su cautiverio lo vio al actual desaparecido José Guillermo Berón, junto al artista Hugo Montenegro a quienes un día “liberaron” y que no volvieron a aparecer.

Luego de un tiempo el imputado fallecido Mussere a Mendoza donde estuvo otros 10 días y finalmente en un Hércules a La Plata donde fue liberado. En ese avión también los torturaban y les robaron pertenencias como relojes, joyas y algo de dinero.

Al final de su testimonio, el testigo se emocionó y le contó al Tribunal que si bien estaba allí sentado tenía un certificado médico que lo habilitaba para no ir a declarar, pero que aún así, decidió comparecer. Sin embargo no quiere ir nunca más al lugar donde sufrió tanto, por lo que les pidió a los jueces que lo liberen de hacer el reconocimiento en los calabozos Tribunales. El Dr. Burad estuvo de acuerdo junto con el resto de los magistrados, elogiando la actitud que tuvo Roca al declarar a pesar del certificado.

El testigo también aprovechó para felicitar a todos y cada uno de los abogados que están trabajando en este proceso porque están haciendo historia.

Finalmente declaró el Dr. Guillermo Romano, Director de Cultura de San Rafael, que ejercía su profesión de abogado en el estudio de Susana Sanz de Llorente, y con quien militaba en la Juventud Peronista.

Si bien conoció a algunos de los militantes cuyas desapariciones se investigan en este proceso legal, como Tripiana y Berón, no estaba en San Rafael cuando no se supo más de ellos. Romano tuvo que exiliarse en España y luego en Italia, y recién regresó al país con la vuelta de la democracia.

Su testimonio dejó en claro que en esta ciudad no hubo guerrilleros y que las únicas bombas las colocaron los mismos policías. Remarcó el espíritu solidario de sus “compañeros desaparecidos”.

Jornada lunes 23/8

Compulsa penal contra el Padre Franco Revérberi

Para la 23ª jornada del juicio fueron citados a declarar dos clérigos. El primero en hacerlo fue el Padre José Antonio Álvarez, amigo personal de Franco Revérberi, por unas polémicas declaraciones que hizo recientemente al Diario El Sol de Mendoza.

En esas declaraciones, el sacerdote le había manifestado al periodista Daniel Calivares de ese matutino, que “hubo autodesaparecidos que después aparecieron, al momento de cobrar su indemnización”. Esos dichos fueron ratificados luego por Álvarez a Mediamza y agregó que “es una cosa que todo el mundo sabe, por ejemplo la Dra. Carmen María Argibay (Juez de la Corte Suprema)”.

En ambas entrevistas el cura defendió a Revérberi diciendo que no era Capellán durante los años que se investigan en este juicio y que ni siquiera había capellanía durante 1976. A Mediamza le dijo “él no era capellán militar, porque en esa época no había ningún capellán militar, eso es un hecho no una suposición. Él afirma no haber tenido ningún conocimiento de nada de eso y yo le creo porque es un hombre creíble. Para mi estos señores que dicen haberlo visto no son creíbles”. En cuanto al Obispo León Kruk, el sacerdote aseguró que los obispos hacían lo que podían y lo que estaba a su alcance para ayudar a la gente.

Fue citado por el Tribunal para explicar sus dichos. Álvarez no desmintió lo dicho a El Sol, aunque aseguró que el periodista sacó frases suyas de contexto, por lo que Calivares está citado a declarar mañana. En cuanto a sus palabras, volvió a decir que en el país hubo auto-desaparecidos, y volvió a nombrar a la Dra. Argibay, por lo que uno de los jueces, el Dr. Cortéz le explicó que no había sido así.

Sin embargo el cura dijo que “le dio pena que en el país hubiera desaparecidos, aunque no conoce el número real”, además dijo conocer lo que ocurrió con los padres Palotinos y Angelelli. “Es lamentable, me parece espantoso que se mate a un sacerdote y me parece oportuno que se establezcan las causas de su muerte”, manifestó.

Luego de Álvarez, declaró el ex capellán militar y actual párroco de Salto de las Rosas, Franco Revérberi, que había sido señalado como capellán por tres testigos como un hombre que solía ir a visitarlos y que incluso fue testigo de las torturas perpetradas a los detenidos. Incluso les habría dicho “tienen que colaborar con las Fuerzas Armadas”.

El ex capellán aseguró que comenzó a trabajar en el ejército recién en 1980, no habiendo entrado nunca en la Departamental. Dijo que en 1976 era párroco en Cañada Seca y en el distrito Las Malvinas. Monseñor Kruk le pidió en 1980 que celebrara misa para los soldados, luego les dio los sacramentos y finalmente terminó siendo capellán auxiliar del Escuadrón de Caballería de Montaña 8 hasta 1982.

“Nunca me enteré que en la Departamental hubo detenidos y si los hubo es imposible que me hayan visto”, aseguró y agregó que “nunca escuchó que un capellán fuera a lugares donde había detenidos”.

Dada la severidad de los dichos de los 3 testigos (Chaqui, Bracamonte y Riera) que aseguraron haberlo visto, la querella pidió que se lo investigue al sacerdote por crímenes de lesa humanidad ya que “hay pruebas suficientes para procesarlo”. Se pidió entonces, compulsa criminal contra Revérberi. Va a ser citado por el Juzgado Federal de Instrucción.

Segunda entrega del RESUMEN del histórico juicio en San Rafael

A continuación dejamos del resumen del juicio que está elaborando Diego, un compañero de la Coope.

Lo hemos subido al portal scribd.com, pueden descargarlo en el link "download" o bien leerlo en pantalla completa en la opción "full screen".

También en la opción "SHARE" pueden compartirlo en las redes sociales como Facebook y Twitter.

2da Parte Resumen Juicio San Rafael

CHARLA-DEBATE y MUESTRA FOTOGRAFICA


Este proximo martes 24 de agosto a las 20 hs en la Biblioteca Mariano Moreno y en el marco del primer juicio por delitos de Lesa Humanidad en San Rafael, EL ESPACIO MEMORIA VERDAD Y JUSTICIA tiene el agrado de invitarlos a participar de la CHARLA-DEBATE y MUESTRA FOTOGRAFICA que contara con la grata la presencia de 'Victor Basterra', ex detenido desaparecido entre los años 1979 y 1983.

La historia de Victor ha recorrido el mundo ya que, como trabajador gráfico y fotógrafo, sobrevivió en el centro clandestino en el área “Documentación” donde, entre otras cosas, trabajo sacando fotos carnet para la confección de documentación falsa del grupo de tareas de la ESMA y sus aliados. Logró sacar de la oscuridad esos rostros, “robarle la identidad a los milicos” dirá Basterra, y esas fotos hoy sirven como pruebas del horror.

Nos acompañaran ademas Ricardo Poggio, del Instituto Espacio por la Memoria - Ciudad Autonoma Buenos Aires- y un integrante de lo que fuese el Frente Ecumenico de Resistencia contra el Golpe de Estado en la provincia de Mendoza.

Será para nosotros un gusto el compartir con ustedes esta jornada. Los esperamos.
Y les pedimos que si lo consideran, hagan circular esta invitacion a sus contactos.
Un saludo.

Hoy es un día clave: Declaran los curas Revérberi y Alvarez

Celebramos que en Diario San Rafael volvieron a hablar del juicio. Reproducimos nota que sacaron hoy.

Declararán hoy los sacerdotes Revérberi y Álvarez

En una nueva jornada del juicio que por crímenes de lesa humanidad se ventila en nuestra ciudad a cargo del Tribunal Oral Federal N° 2 de Mendoza, hoy están citados a declarar, entre otros testigos, los sacerdotes José Antonio Álvarez y Franco Revérberi. Si bien en los primeros testimonios se mencionó al ex obispo León Kruk, fue recién en las últimas semanas cuando apareció el nombre del padre Reverberi por parte de personas que habían sufrido cautiverio y torturas durante ese proceso militar.

Cuando se reanude el debate oral de hoy, se sentará frente al tribunal el padre Álvarez, teniendo en cuenta que este religioso dijo al diario El Sol de la capital provincial que "todo el mundo sabía que estaba ocurriendo" por aquella época de la dictadura y que "la Iglesia trataba de ayudar a los que podía". Más adelante había precisado a ese medio que "esa ayuda dependía de la influencia sobre la persona a la que se podía acudir" y explicó que "no siempre se podía ayudar a los familiares de los detenidos" porque éstos en ocasiones "no existían", agregando que "hubo auto desaparecidos que después aparecieron".

Fue justamente esa frase la que dio motivo a su citación por parte del tribunal, ya que los querellantes mostraron su enojo con el sacerdote, e incluso quieren saber que fue lo que quiso.

El otro religioso que debe comparecer en la fecha ante los jueces es el padre Franco Revérberi, quien es en estos momentos cura párroco de la Iglesia de Luján de Salto de las Rosas, distrito de Cañada Seca. De acuerdo a lo que señaló el matutino capitalino, el sacerdote habría explicado que él fue capellán militar en 1980 y que su única misión era darles la comunión y los sermones a los miembros del escuadrón militar asentado en los cuarteles de Cuadro Nacional. A esto agregó que nunca vio un centro de detención y menos aún a un preso político. Pese a todo algunos testigos que pasaron ante el tribunal que preside el doctor Burad han apuntado al padre Reverberi en sus declaraciones. Quien observó esto fue Roberto Flores, un ex integrante de la Juventud Peronista detenido y torturado, quien declaró el miércoles pasado señalando que el sacerdote "salía y entraba de los calabozos", e incluso llegó a pedir a los presos, según el declarante, que "cooperaran con las Fuerzas Armadas".

El religioso se vio aún más en dificultades cuando Flores llegó a decir a los jueces que Revérberi habría estado presente en algunas sesiones de torturas. Además de ese testigo, también Hugo Riera, cuñado de Armando Dauverné, señaló haber visto al religioso en el Cuerpo de Infantería de la policía mientras él estuvo detenido en esas dependencias.

Anticipamos jornada lunes 23/8

Anticipamos la jornada de hoy con un informe de LV4

Juicio a represores: declaran hoy dos conocidos sacerdotes y un ex militante sindical



Para esta jornada está previsto que el tribunal oral Federal tome declaración al padre Franco Reverberi actual párroco de Salto de las Rosas y el padre José Antonio Alvarez, quien habría realizado algunos comentario que llamaron la atención de los jueces.

Franco Reverberi ha sido mencionado en varias oportunidades por testigos que ya prestaron declaración. Se dice que el sacerdote habría visitado los calabozos donde se encontraban los detenidos. El testigo Roberto Rolando Flores militante de la JP, dijo incluso haberlo visto mientras bailaban y golpeaban a los prisioneros y que les había dicho que tenían que hablar que eso “los aliviaría”.

En cuanto al cura Álvarez, actual canciller del obispado, al ser entrevistado por el diario El Sol, un medio gráfico provincial, dijo en una nota publicada en el sol que en san Rafael hubo autodesaparecidos que después aparecieron y habló defendiendo al padre Reverberi.

También está citado para esta jornada el Sr. Rodolfo Ibañez, antiguo delegado del sindicato de telegrafistas que fuera elegido como ciudadano ilustre el año anterior.




Rol de la Iglesia en la dictadura

La Iglesia será la principal protagonista en el juicio de lesa humanidad de San Rafael

A pesar de ser uno de los lugares más conservadores de la provincia, pocas personas se imaginaban que casi sobre el final de las testimoniales, la Iglesia católica se convertiría en uno de los protagonistas principales del juicio.

Si bien, en los primeros testimonios se mencionó al ex obispo León Kruk, fue recién en las dos últimas semanas cuando un nuevo nombre perteneciente a la Diócesis sanrafaelina volvió a ser mencionado y a tomar cada vez más protagonismo En tanto, a raíz de una nota de El Sol, otro sacerdote católico fue citado a declarar.

Ambos deberán sentarse frente a los magistrados el lunes, cuando comience una nueva jornada del primer juicio por delitos de lesa humanidad en la provincia, que tiene como imputados a los ex policías Juan Labarta y Raúl Ruiz Soppe, al abogado, Raúl Egea y al ex teniente Aníbal Guevara por las desapariciones de Francisco Tripiana, José Berón, Roberto Osorio y Pascual Sandoval.

AUTODESAPARECIDOS. Uno de los párrocos que declarará el lunes, cuando se reanude el debate oral, será José Antonio Álvarez Domínguez.

Este sacerdote, según explicó a El Sol, fue ordenado en 1983, en plena despedida del gobierno militar

En su caso, Álvarez Domínguez recién fue citado ayer por orden del Tribunal 2, integrado por Roberto Naciff, Héctor Cortés y Roberto Burad, y su presencia en la sala no se debe a que haya sido mencionado por algún testigo, sino a declaraciones que hizo a El Sol y que fueron publicadas el viernes 13 de agosto.

En ellas, el sacerdote aseguró que “todo el mundo sabía lo que estaba ocurriendo” y que la Iglesia intentaba ayudar en lo que podía. Según el sacerdote, esa ayuda dependía de la influencia sobre la persona a la que se podía acudir y explicó que no siempre se podía ayudar a los familiares de los detenidos, porque estos, en ocasiones, “no existían”, y agregó: “Hubo autodesaparecidos que después aparecieron”. Justamente esta frase fue la que motivó su citación, ya que los querellantes se mostraron molestos con el sacerdote, mientras que incluso al tribunal le dio curiosidad por saber qué es lo que quiso decir Álvarez con sus dichos.

EL SEGUNDO SACERDOTE. Al lado de Álvarez, en la sala de espera del tribunal se encontrará también el padre Franco Reverberi, quien actualmente es párroco en Saltos de las Rosas, en el distrito de Cañada Seca. Según explicó Reverberi, él fue capellán militar a partir de 1980 y solamente se dedicaba a darles la comunión y los sermones a los integrantes del escuadrón de Montaña.

Asimismo, Reverberi explicó que nunca pisó un centro de detención, ni vio “nunca a un preso político”. Sin embargo, diversos testigos han señalado a Reverberi en sus declaraciones. Uno de ellos fue Roberto Flores, un ex detenido político, quien declaró el miércoles. Según Flores, Reverberi solía entrar y salir de los calabozos e, incluso, les llegó a pedir a los detenidos que cooperaran con las Fuerzas Armadas.

El sacerdote se vio aún más complicado cuando el testigo le explicó a los jueces que habría estado presente en algunas sesiones de tortura. Además de Flores, también Hugo Riera, familiar político del director del Hospital Schestakow, Armando Dauverné, señaló haber visto a Reverberi durante su detención. En el caso de Riera, el testigo señalo haber visto al sacerdote en Infantería.

En tanto, el primero en mencionar al párroco fue Sergio Chaki, quien era empleado en Tribunales cuando fue detenido y llevado a los calabozos del edificio, que luego fue denominado Casa Departamental.

Chaki, además de criticar a los jueces que desempeñaban sus funciones en 1976, señaló que el padre Reverberi visitaba permanentemente a los detenidos encerrados en ese centro de detención.

Murió otro imputado

Murió Cristóbal Ruiz Pozo, acusado por delitos de lesa humanidad

A raíz de su enfermedad, el tribunal que lleva adelante el juicio por delitos cometidos durante la dictadura, había decidido que Ruiz Pozo quedara al margen del debate. El acusado residía en San Rafael y murió en su casa, puesto que su familia decidió trasladarlo al domicilio desde el Hospital Schestakow debido a su cuadro irreversible y para que tuviera un “buen morir”, según expresó Armando Duberné, director del centro asistencial. Ruiz Pozo era uno de los dos civiles imputados, porque, al momento de ocurrir los hechos que se están juzgando, era médico de la Policía y estaba acusado de falsedad ideológica y material. Nunca se sentó en el banquillo de los acusados y, ante su deceso, la causa quedará en abstracto. Se constituye así en el segundo de los imputados que muere sin ser juzgado por sus crímenes. El anterior fue José Mussere, quien falleció en su celda el 3 de agosto de un ataque al corazón.
EL JUICIO. En la jornada de ayer, el tribunal denegó la prisión domiciliaria a los imputados y se escucharon dos testimonios que complicaron seriamente al cura Franco Reverberi, ex capellán militar. Dos testigos, Roberto Flores y Teresa Olivieri, declararon que el sacerdote –quien sigue ejerciendo en Saltos de las Rosas, en el distrito de Cañada Seca, en San Rafael, y es, además, el ecónomo de la diócesis de ese departamento– presenciaba las sesiones de tortura y visitaba las celdas donde les pedía a los detenidos que confesaran porque “así redimirían su alma”. “Encomiéndense a Dios, es el único que los puede salvar, si no, se van a morir”, se escuchó relatar en la sala. Reverberi había declarado a los medios que nunca supo de desapariciones ni secuestros y que jamás fue nadie a pedir ayuda por los detenidos. En lo que respecta a su citación, el sacerdote expresó: “Yo jamás entré en ningún lugar de esos”, haciendo referencia a los centros de detención, y agregó: “No vi nunca a un preso político”.
EL DÍA DE LA IGLESIA. El lunes, dos curas se sentarán frente a los jueces. Es que fueron citados el mencionado Reverberi y José Álvarez Dominguez, vocero de la Diócesis de San Rafael, quien el jueves aseguró que “todo el mundo sabía lo que estaba ocurriendo” y que se intentaba ayudar en lo que se podía”, aunque, según Álvarez: “Hubo autodesaparecidos que después aparecieron”, al momento de cobrar su indemnización

Jornada miércoles 18/8

Nota de mediamza.com

Juicio: Otra vez fuertes testimonios involucrando a actores políticos y sociales con los militares


Esta mañana comenzó la jornada 21º del juicio por delitos de lesa humanidad en San Rafael con el testimonio de Eduardo Franzese (ex dirigente de la UOM local). Sin explicaciones lo detuvieron el 24 de marzo de 1976 y le dieron la libertad al otro día. En 1977 lo detuvieron de nuevo y luego de 10 días en la comisaría 8º, pasó 3 meses en la cárcel. “Ninguno de los imputados tuvo algo que ver en mi detención”, dijo.

Aseguró que en San Rafael no había bombas ni violencia e ignora si había vinculaciones entre policías/militares y sindicalistas como dijeron otros testigos en días pasados.

Roberto Rolando Flores declaró más tarde y sus dichos suman nombres a la causa de esta investigación.

Lo torturaron duramente y siempre repreguntaban si era subversivo comunista, cosa que el negaba ya que según dijo “sólo fui peronista y militante de la Juventud simpatizante de Montoneros”. Tiene un desvío en la columna producto de las golpizas. Nunca le permitieron que sus familiares le llevaran comida, pasaban hasta 2 o 3 días sin comer ni tomar agua. Conoció a los 4 desaparecidos de esta causa y al acercarse al estrado y mirar las fotos, no pudo contener el llanto. “Berón era mi hermano de la vida”, dijo.

En una ocasión lo torturaron con mucha violencia y en un momento se le corrió la venda de los ojos y logró divisar al imputado Juan Labarta, al recientemente fallecido Mussere y a López.

Este testigo también señaló al cura Franco Reverberi como capellán del Ejército que solía ir y entrar a los calabozos. Un día les dijo “tienen que cooperar con las Fuerzas Armadas”. Además ese sacerdote habría estado presente cuando torturaban personas y ese es el motivo por el que está citado para declarar ante el Tribunal el lunes próximo. “Yo creo mucho en Dios, pero ahora estoy peleado con la Iglesia Católica”, dijo Flores.

Un día los trasladaron a la actual bodega Garbín, donde les darían la libertad. Tenían miedo porque sabían que solía pasar que quien salía libre era secuestrado más tarde nuevamente y no volvía a aparecer. Estando detenidos se enteraron que habían desaparecido Sandoval, Osorio, Tripiana, Fagetti y Ríos entre otros compañeros.

En la bodega lo atendió el médico Cristóbal Ruiz (fallecido esta tarde), que firmó el acta de libertad y se fue con el Dr. Dauverné que había ido a buscar a su cuñado, Hugo Riera que también salía libre esa noche.

Destacó que en San Rafael el PJ estaba dividido en grupos más conservadores que otros. Flores dijo pertenecer a un grupo que era muy altruista que quería ayudar a las familias más carenciadas, pero que el intendente (por Félix) no estaba de acuerdo. “A ‘Chafi’ Félix lo llevó la Juventud Peronista a ser Intendente, igual que a Martínez Baca Gobernador y a Montoro legislador. Yo creo que la inteligencia de los militares la hicieron gracias a la dirigencia política desde el mismo PJ”, manifestó.

Flores había sido detenido mientras hacía el Servicio Militar en Mendoza, y señaló como su sargento de ese tiempo a Aldo Sarmiento, director de Defensa Civil del Municipio. Dio a entender que aunque era su superior allá, estaba mucho tiempo en San Rafael durante el tiempo que él estuvo detenido. “Son muchas casualidades que ahora trabaje con Félix”, dijo.

Ya en la tarde declaró Lidia Teresa Oliveri de De la Reta. Es integrante del grupo de educadores populares Aldabón e integró la APDH. No conoce a los imputados previo al juicio y tampoco a los desaparecidos. Sin embargo presentó información ante el Tribunal, con nombres de más desaparecidos, incluso algunos sanrafaelinos que fueron vistos por última vez en otras provincias.

Finalizó el día con el testimonio de Osvaldo Heredia, quien fue vecino de la familia Berón, pero que no aportó información porque no vio cuando lo detuvieron a José Guillermo. Tampoco estuvo detenido ni conocía a los imputados.

Después, Secretaría leyó el acta en la que consta que los detenidos que habían pedido prisión domiciliaria, Labarta, Ruiz Soppe y Guevara no cumplen con los requisitos determinados por la ley para ser beneficiarios de la misma. Guevara es menor de 70 años y no tiene enfermedades graves de ninguna clase. En cuanto a los otros dos, pasaron esa edad pero la ley dice que el juez “puede” otorgar prisión domiciliaria no que “debe”, por lo que queda a su criterio. Los delitos de Lesa Humanidad son de una gravedad tal, que la prisión domiciliaria se convierte en una circunstancia verdaderamente excepcional. Ni Soppe ni Labarta tienen riesgo de muerte a pesar de las enfermedades propias de la edad que padecen. Por ese motivo, los tres seguirán en la cárcel de encausados de San Rafael mientras dure el debate.

Mañana habrá un careo entre Loyola y el Dr. Dauverné, a raíz de contradicciones que existieron en los testimonios de ambos.


Mas de la jornada del 17/8

Articulo que saca el diario Los Andes a raíz de la declaración de Hugo Riera, cuñado de Dauverné.

Otra vez involucran a Chafí Félix como colaboracionista


En la sala de la Universidad Nacional de Cuyo, en San Rafael, y en el debate por delitos de lesa humanidad, otra vez un testigo, esta vez el cuñado del doctor Armando Dauverné, Hugo Adelmo Riera, ex detenido político hizo referencia entre otros muchos aspectos de su detención, a la participación en la dictadura de distintos estamentos de la sociedad.

“No sólo hubo militares y policías”, afirmó. Estuvieron los “buchones” y la complacencia de la Iglesia, los gremios, políticos y hasta quienes deambularon buscando un cargo, como en el caso de Chafí Félix, dijo, que fue nombrado intendente en los últimos meses de la dictadura.

Félix es el padre del actual intendente de San Rafael, Emir y del diputado nacional y ex jefe comunal de este mismo departamento Omar Félix.

Otro momento importante de la jornada de ayer, donde declararon también un ex jefe del D2 de San Rafael, Pedro Carrió; Adelmo Pedernera, ex bombero de la Policía de Mendoza y el ex penitenciario Arnulfo Leguizamón, fue la decisión del Tribunal de ordenar la citación del sacerdote vocero del obispado de San Rafael para que explique a qué se refirió en un artículo periodístico cuando dijo que hubo “autodesaparecidos”.

Por su lado la Fiscalía reiteró la necesidad de citar al otro sacerdote indicado como ex capellán del Ejército en la la dictadura en el regimiento de Cuadro Nacional.

Jornada martes 17/8

Hoy se retomó el debate, les dejamos articulo de Sitio Andino.

Testigos complicaron más a Juan Roberto Labarta y Aníbal Guevara


Con las declaraciones testimoniales de integrantes de la Policía de Mendoza y de la Penitenciaría local, se desarrolló una nueva jornada del juicio que busca esclarecer la desaparición de personas en el sur mendocino durante la última dictadura militar.

El común denominador de las testimoniales de ex policías sigue siendo la falta de memoria, la imprecisión a la hora de responder cuestiones importantes, como nombres y fechas; al tiempo que se ha tornado tedioso para el Tribunal lidiar con un latiguillo que emplean muchos de los deponentes: “Ha pasado mucho tiempo, no me acuerdo”.

Lo extraño es que esta vez incurrieran en un olvido tan amplio que, por ejemplo, en el caso de un ex bombero dijo no tener ni idea acerca de la presencia de militares (que para la época era notable para cualquier ciudadano que pasara por la vereda o transitara en vehículo en la calle) en el edificio de Tribunales que, por cierto, está prácticamente pegado al Cuartel de Bomberos, sólo dividido por una puerta de hierro por donde, según otros testimonios, trasladaban a detenidos desde la Departamental.

Un ex jefe del D2 de San Rafael, Pedro Carrió López, confirmó que esta dependencia policial se encargaba de hacer operativos de inteligencia para identificar los militantes de izquierda y su actividad partidaria en esa época.

“Era una oficina donde trabajaban 12 personas, nada más. La función era tener el conocimiento político, juntaba información de gente que trabajaba en los partidos políticos, constatando que no fueran problemáticos, tratando de salvar lo malo, lo encubierto. Teníamos dos hombres en eso: Labarta y oro que falleció, Gutiérrez”, confesó el ex policía, complicando aún más la situación del imputado Roberto Labarta, señalado por varios testigos como integrante del D2 que se infiltraba en las reuniones políticas para “marcar” a los “subversivos”.

Otro de los que fue señalado en la audiencia de este martes, en esta ocasión por parte de un ex agente penitenciario, fue el ex teniente Guevara como uno de los que participaba del “submarino húmedo”, método de tortura que se empleaba metiendo la cabeza de los detenidos dentro de un balde.

Jornada miécoles 11/8

El juicio que se viene desarrollando en San Rafael por delitos de lesa humanidad ha pasado a cuarto intermedio hasta el próximo martes 17/8 ha raíz del pedido de prisión domiciliaria que ha efectuado la querella. La decisión, que está en manos de los magistrados, seguramente se dará a conocer cuando se retome el debate.
Les dejamos la nota que sacó hoy mediamza.com

Fiscalía: “No hay razón para que los imputados reciban prisión domiciliaria”

El primer testigo que declaró esta mañana fue Roberto Reyes Aramayo. Ya lo había hecho el 28 de Julio cuando contó que recibió entrenamiento por parte de los Rangers Norteamericanos para la lucha contra “la subversión”. El Tribunal le había pedido que volviera y llevara el manual de instrucción norteamericana.

Hizo aquel curso por recomendación de su padre que siempre lo empujó a hacer ese y otros cursos, ya que esa sería una manera de ascender más rápidamente en la carrera policial y militar. En su declaración anterior, el testigo aseguró que nunca tuvo que llevar a la práctica lo aprendido en el Norte argentino.

El Tribunal y las partes le consultaron en esta oportunidad a cerca de la metodología que utilizaban los militares entrenados en esos cursos para “sacarle respuestas” a los detenidos. “Hacíamos tortura psicológica. Eso es sentar a un detenido y esperar que hable”. Para Aramayo el sólo hecho de estar detenido ya es una tortura en sí misma.

Hace varios días que la defensa de los imputados viene pidiendo prisión domiciliaria para los mismos, amparándose en enfermedades que sufren, y luego también, del deceso de José Mussere en la cárcel de San Rafael. Hoy la fiscalía citó jurisprudencia para explicar por qué los detenidos no deben recibir prisión domiciliaria. Guevara es menor de 70 años y no posee enfermedades que lo justifiquen. En cuanto a Ruiz Soppe y Labarta, ya pasaron esa edad pero esta causa es sobre delitos de Lesa Humanidad y tampoco poseen enfermedades que indiquen posibilidad de muerte. Por otra parte pesa una denuncia por amenazas a la familia Dauverné por parte de Labarta. No obstante la fiscalía pidió que se les hagan los tratamientos médicos necesarios.

Por más de dos horas declaró después Hipólito “Poroto” Sosa, hombre de 84 años que trabajó en Investigaciones durante los años de la dictadura. Explicó que trabajó en el D2 antes de que el edificio se trasladara a la casa de Comandante Salas al 130, donde el Dr. Dauverné denunció recientemente que habría documentos tirados en un pozo en el patio de esa vivienda. El jefe de Sosa de aquellos años era quien hoy es el actual Comisario retirado Oscar Pérez que integra en Consejo de Seguridad de San Rafael.

Este policía hacía trabajos de inteligencia. Estaba de civil y una de sus tareas era recabar información en reuniones. Hacía seguimiento de gremialistas. Por ejemplo, él sabía que Susana Sanz era amiga de Dauverné y esa información era puesta en ficheros en el D2, información que luego podía ser utilizada por otras fuerzas. “Labarta tenía las mismas funciones que yo, éramos compañeros, pero yo no sé exactamente qué hacía”, dijo. Llamó la atención que Sosa, al igual que otros testigos relacionados con las fuerzas de seguridad, aseguró que “se enteró que en San Rafael hubo desaparecidos hace dos meses por el diario”.

Conoció a Francisco Tripiana. Lo describió como un hombre que “hablaba siempre de derrocar al gobierno” y siempre estaba con gremialistas, aunque nunca lo vio armado.

Después de Sosa le tocó el turno a Sergio Chaki, que trabajaba antes de la dictadura en una fiscalía de Tribunales. Fue detenido en su oficina, sacado a punta de pistola y llevado a uno de los calabozos que existen allí mismo. En esas celdas se encontró con el padre del Dr. Dauverné y con su yerno, Hugo Riera, el entonces Director de la DGI, Quinteros, Barahona, Porras y Martínez Baca entre otros junto al ahora desaparecido Osorio.

Un tiempo después fue detenida su esposa también, y puesta en libertad al mes. Él permaneció 4 meses y luego también pudo irse, aunque con miedo de que fuera una falsa libertad y que terminara desaparecido como muchos que lo precedieron.

Le quedaron algunas secuelas por las torturas que recibió, como temblores en la voz. El Mayor Suárez y Mussere iban todas las noches y no los dejaban dormir. Contó que el entonces Teniente Guevara “los bailó” y a algunos les simuló que los fusilaba. A otro detenido le hicieron el denominado “submarino húmedo” delante de ellos. “Nosotros éramos perejiles, ellos buscaban que alguien se quebrara”, dijo Chaki.

Una vez los visitó un capellán del Ejército, llamado Franco Revérveri que ya fue citado a declarar ante el Tribunal. Actualmente es párroco en Salto de las Rosas. Chaki dijo que un día lo vio al capellán llegar con un bulto debajo de la sotana “aunque no sé qué era”. “¿No sería un arma?”, preguntó el Dr. Burad para la risa del público y hasta del resto de los magistrados. “Puede ser”, respondió el testigo.

“No puedo entender cómo se demoró tanto este juicio. No puedo entender que los jueces de esa época miraran para otro lado y no tuvieron el menor sentido ético para renunciar. San Rafael era chico, conservador e hipócritamente cristiano”, dijo para finalizar su declaración.

Jornada martes 10/08

Un testigo admitió que militó en Montoneros y reveló el nombre de otro desaparecido



El juicio en el que intenta esclarecerse la desaparición forzada de personas en San Rafael ante el Tribunal Oral Federal Nro. 2 durante la dictadura militar sigue deparando sorpresas.

Esta vez, la noticia la dio un hermano de José Guillermo Sandobal, quien reveló que hay otro desaparecido que hasta ahora no estaba en ninguna lista: su primo Hugo, un soldado conscripto cuyo destino tampoco se conoce desde los años 70.

Previamente, declaró la hermana de otro desaparecido, Rosa Berón, quien relató que cuando allanaron su casa, antes del golpe, buscando a sus hermanos, “en el pasillo, de ambos lados, salieron policías y militares apuntándome con armas largas. Me pareció que eran muchos, como cinco o seis de cada lado del pasillo. No sé en qué momento cuando estábamos durmiendo ellos entraron. A mi hermano Luis, lo traían. Los llevaron, y al más chico, tenía el pelo largo”.

“Después han ido otras veces a la casa. Mi papá estaba sentado en el patio, revolvieron todo, las cajas de fotos de familia. Las caras no las recuerdo, porque ellos eran personas jóvenes y con uniforme”.

Dijo que la “la última vez que lo vi a mi hermano fue en la casa de mi mamá. Cuando empezaba el mes de setiembre, que lo tenían en bomberos. Fui a verlo y me dijeron que lo habían trasladado a la calle Castelli. Estaba la bodega, pero ahí no fui. Después supe, por boca de mis padres, cuando papá le había ido a llevar la cena, que le dijeron que se la llevara, que le iban dar la libertad a la noche”, no lo vieron nunca más.

Cuando le tocó el turno a Pedro Sandobal, su monólogo duró casi diez minutos, y lo más importante que relató fue lo siguiente:

“A nosotros nos allanaron la casa el 24 o 25 de marzo de 1976, donde estábamos con toda mi familia, un hermano menor. Llegaron a las dos de la mañana, golpearon la puerta. Se levantó mi padre y nosotros, pero cuando no nos alcanzamos a dar vuelta, teníamos toda la casa llena de militares”.

“El (si se le puede decir) señor Suárez comandaba el operativo, y el más chico le dice: no, no vive acá. Yo creía que me iban a detener a mí. Me agarra el señor Suárez, saca la pistola o revólver y empezó a jugar con ella en mi cabeza y me tuvo, no sé si fueron diez minutos o dos horas, para mí fue una eternidad”, relató.

“Y este señor me dice: pueda ser que tu hermano no se haga el loco porque lo quiero matar yo. Yo lo quiero matar con esta arma. Porque si no, los vamos a matar a los dos. Y vos no te hagás el loco, que al último de tu familia que voy a matar vas a ser vos. No mirés para ningún costado, y tenía que estar mirando para abajo”, dijo Sandobal pare señalar luego que para él, Suárez mató a su hermano.

Sandobal admitió que era peronista y militaba en Montoneros, "porque realmente el militante era yo, empecé a militar a los 18 años. Mi hermano me acompañaba, lo que pasa es que era mi hermano mayor, y me acompañaba a algún acto, pero no era tan metido en la política. Al otro día mi madre me comunica que mi hermano había sido detenido, que lo ataron con alambre en los pies y las manos y lo tiraron como un perro arriba del camión. Entonces dije yo: este hijo de mil puta lo va a matar a mi hermano”.

“Cuando a mí me dicen que desaparece mi primo yo dije: a mi hermano lo mataron. Nunca se lo quise confesar a mi mamá. Mi familia nunca se enteró de mi boca, pero en este juicio se van enterando de todo porque yo me lo guardé para mí. Yo creo que mi hermano se la jugó por mí, para que a mí no me mataran. Estos señores no tienen alma. Yo no lo niego, fui del PJ, estaba en la línea de los Montoneros, pero acá en San Rafael ¿qué mal hicimos? Ir a una villa a llevar zapatillas, a arreglar un techo”, señaló.

“En el año 72, conocía Fagetti y a todos esos muchachos, yo siento la muete de ellos porque eran buena gente. Yo cuando empecé a militar, todos los días a la una y cuarto pasaba por Massa y Sargento Cabral y decía: qué necesitan, te faltan remedios. Eso era lo malo que hacíamos. Porque este señor decía recién que éramos zurdos, montoneros, que nosotros éramos revoltosos. Eso lo que yo recuerdo y lo voy a llevar hasta la tumba, que me ha ido a ver la psicóloga y me ha dicho que no es culpa mía, pero para mí, a mi hermano por mí. Y más el sufrimiento. Porque me dijo Suárez te voy a matar a tu hermano mayor, después al otro hermano, y vos si te hacés el loco.”

Por su parte, Jorge Berón recordó que cuando lo detuvieron “yo sólo tenía 17 años y me buscaban a mí siendo que yo era un pibe que todavía andaba con una gomera en el bolsillo, y jugaba a las figuritas. ¿Qué arma me podían encontrar a mí?”

“Cuando me llevaron a Infantería me golpeaban y me puteaban: tirabombas hijo de puta, me decían. Y me preguntaban si era guardaespaldas de Susana Sanz”.

“Le dije a mi señora antes de venir si podía decirles a ustedes, señores jueces lo siguiente. A mí me torturaron, me golpearon de todos lados, me pusieron picana en los dientes y me mataron los nervios, por eso no siento cuando se me cae una pieza dental o cuando tengo una caries, tengo cicatrices en la pera que no sé de qué golpes son, sólo mi hermano me recuerda que me veía con la boca sangrando, entonces, les digo, sólo les faltó que me bajaran los pantalones y me violaran”.

“Yo no podía concebir que pudiera haber tanta maldad en un ser humano, tanta saña contenida adentro”, dijo llorando Berón, en el momento en que Mariano Tripiana y otros asistentes al juicio se quebraron y salieron llorando de la sala.

“Hoy, con 51 años, no quería venir a declarar porque no quiero recordar lo que pasó. Nunca les conté a mis hijos lo que me hicieron los policías. El 80% de mis amigos son policías. Y no quiero que ellos sepan lo que me pasó para que no tengan rencor ni odio. Solo saben que estuve preso, pero no lo que me hicieron”, continuó Berón.

Y agregó: “me pegaban un golpe en el estómago y yo para respirar, abría la boca, ahí aprovechaban para meterme una alambre con corriente en las encías. En Infantería nos hacían saltar el alambre, y después supe que sólo era una tortura psicológica, que todo era nada más que una playa de estacionamiento.”

“Cuando volví a Infantería, después de las torturas a las que me llevaban a Cuadro Nacional, me tiraron por la puerta de una pieza, y caí sobre un soldado que ya habíamos hecho relación. Pero estaba tan tenso que hasta que oí su voz, no pude relajarme. Cuando lo hice, me desmayé”.

Además, recordó que casi por milagro está con vida, porque “cuando a un soldado se le escapó un tiro, yo estaba boca abajo, y la bala pasó apenas sobre mi cabeza y quedó incrustada en la pared. Me pusieron por varias horas con las manos en la cabeza, con los dedos entrelazados. Fue mucho tiempo, porque cuando quise soltarlas manos, la piel se había llenado de llagas y se me pegó la piel de una mano contra la de los otros dedos”.



Mas de la jornada del lunes 9/8

Para completar lo de ayer les dejamos artículo de Al Sur Informa e informe de Patricia Coria para LV4.

Para la risa: El ex comisario Ruiz Soppe dijo que nunca supo de “desapariciones y torturas”

Hoy declaró el ex comisario Ruiz Soppe quien lo hizo voluntariamente; anteriormente su defensor, el Dr Rufino Troyano presentó una denuncia formal sobre una persona quien efectuó declaraciones el pasado sábado en la Radio fm 90.l” Piuquen” cuyo titular es Rafael Rosales Gualpa, donde esa persona había puntualizado, que había que presionar al tribunal para que no se les de la prisión domiciliaria, a los detenidos

Ruiz Sope señaló en su declaración, que nunca supo de las desapariciones y torturas de personas cuando era titular de la URII, sino hubiese intercedido para que ello no ocurra.

Habló en otro pasaje de su declaración, del decreto 1638 que marcaba una suerte de estado de sitio, añadió que, se había decretado que la policia quedaba subordinadaa la órbita del Ejército quien estaba encargado del aniquilamiento de los elementos subversivos.También relató, que tenia mala relacion con Santuchone.



Jornada lunes 9/8

Hoy se retomó el debate por el juicio en San Rafael. Les dejamos el artículo que sacó Tiempo Andino.

Denunciaron a dirigentes de Derechos Humanos y Ruiz Soppe reiteró que desconocía las torturas

Luego de que los abogados defensores reclamaran al tribunal que investigue declaraciones de supuestos dirigentes de organismos de Derechos Humanos en una emisora radial sanrafaelina asegurando que presionarían a los jueces para impedir el arresto domiciliario de policías y ex militares juzgados, se reanudó el juicio.

Con la notoria ausencia del ex comisario José Martín Mussere, fallecido la semana pasada, el resto de los acusados asistieron esta mañana a una larga exposición en carácter de declaración indagatoria, del ex jefe de la Unidad Regional Segunda, Ruiz Soppe.

El ex comisario, primero reclamó a los miembros del Tribunal que gestionen “un pedido humanitario” ya que en la Penitenciaría donde está actualmente detenido, hay “un enfermero con tensiómetro para 400 internados; no existe un desfibrilador ni un respirador ni un médico permanente.

Al notar la presencia en el debate del ministro de Gobierno, Mario Adaro, Ruiz Soppe dijo: “Aprovecho que está el ministro de Gobierno para trasladarle esta inquietud de tipo humanitaria porque es necesario que las instituciones cumplan los requisitos mínimos para cuidar la salud de sus internos”.

Al escuchar el pedido, el presidente del tribunal, Roberto Burad respondió que “vamos a hacerlo proceder, para que lo conozca la autoridad que gobierna este establecimiento carcelario, el doctor Gatica”.

Seguidamente, Ruiz Soppe volvió a defenderse de las acusaciones señalando que pese a ser jefe de la Unidad Regional Segunda y de tener a su cargo más de 600 hombres, cinco comisarías, delegaciones y direcciones de la fuerza policial en todo el sur provincial, “no supo nada” acerca de torturas y desapariciones durante la dictadura.

“He podido leer en los distintos cuerpos, las testimoniales. Que se habrían cometido torturas, lo cual jamás llegó a mi conocimiento. De haber sido así, no hubiese dudado un instante para terminar con ellos y formular las denuncias correspondientes”.

Al dirigirse “a los familiares de las víctimas”, aseguró que “todas esas personas estuvieron detenidas en dependencias policiales, y en el Centro de Detención de Tribunales, bajo dependencia judicial, lo que voy a probar en su momento”.

“Esas decisiones fueron tomadas y llevadas a cabo por personal militar acompañado por personal policial, porque así era la legislación de la época. No debemos olvidar que desde setiembre de 1974, imperaba el decreto 1368/74 que marcaba el Estado de Sitio en todo el país. Que fue prorrogado mediante decreto 2717 del 75, en octubre precisamente hasta 1983 en que fue levantado por el gobierno constitucional de Raúl Alfonsín”, dijo.

Y volvió a señalar los “tres decretos nacionales (2770-2771-2772) que dieron origen a la creación de un Consejo de Defensa, presidido por la presidenta María Estela Martínez de Perón y todos sus ministros, y también por los tres comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas. A raíz de eso fue dictado por el general Videla, y por Viola, una directiva (número 404/75) de carácter secreto, de la cual solamente fueron instruidas 24 copias en todo el país. Tuve la suerte de bajarla de Internet y darla al Juzgado Federal de San Rafael al igual que los decretos”.

Reiteró que “esa directiva 404 era una verdadera orden de operación con una cantidad innumerable de variantes posibles para el caso de que la Señora Presidenta tuviese la suma del poder propiamente dicho”.

“Ahí está también la misión que debían cumplir las policías provinciales, que firmasen un convenio con el Ministro del Interior para que pudieran estar bajo el control operacional de las FF.AA. Este convenio fue firmado por el Interventor Federal, Luis María Domínguez, el 22 de octubre de 1975, bajo el N°3077/75 el cual ordenaba a los integrantes de la Policía de Mendoza entrar bajo control operacional de las Fuerzas Armadas y en particular, del Ejército que por del decreto 2771/75 se le otorgó la responsabilidad primaria de toda la dirección y coordinación de la lucha contra la subversión, hasta lograr el aniquilamiento de los elementos de la subversión”.

“A raíz de esto fue dictado ese decreto 3077 que en su artículo segundo daba la orden de dar prioridad a todo requerimiento que hiciera el aparato militar en la provincia de Mendoza. Vale decir con ello, que los que estamos acá sentados no somos los responsables de todas las atrocidades que han comentado los testigos. Acá los responsables, lamentablemente, están muertos y algunos desconocidos. Nosotros no tuvimos nada que ver, solamente estuvimos en un lugar y en un momento totalmente difícil. Y sólo cumplimos, en mi caso, con mi deber funcional. Vale decir que considero que fue un acto administrativo el que yo hice. La colaboración con la fuerza militar, bajo la jefatura del entonces del mayor Luis Faustino Alfonso Suárez como jefe de la sub área operacional, y yo en mi carácter de Jefe de la Unidad Regional II, de la Policía de Mendoza, sólo a sus órdenes; con un total de 600 efectivos, con un área geográfica que abarca el 40% de la provincia de Mendoza, con cinco comisarías, más de 25 destacamentos, las unidades agregadas y todo concerniente a brindar la seguridad y prevención, para que no se cometieran delitos en mi jurisdicción”.

Mas repercusiones Conferencia de Prensa

''No estamos de acuerdo con las prisiones domiciliarias para los imputados''

Así se expresaron los integrantes de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos (APDH) de San Rafael y el Espacio Memoria, Verdad y Justicia. También dieron su opinión sobre los 32 días transcurridos y sobre la muerte de uno de los imputados.

El Espacio Memoria, Verdad y Justicia junto a la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos de San Rafael dieron su opinión sobre los 32 días transcurridos en el juicio por delitos de lesa humanidad que se realiza en San Rafael.

También brindaron su parecer sobre la muerte de uno de los imputados, el ex policía José Mussere y el pedido de los abogados defensores para que el Tribunal otorgue prisión domiciliaria a todos los imputados.

“Luego de 34 años transcurridos desde el golpe militar, la desaparición de muchos compañeros y la represión y la tortura a otros que hoy dan su testimonio, nos parece que construir Justicia es lo más lindo que nos está pasando”, indicó Miriam Zambrini, presidenta de la APDH San Rafael.
Sobre el pedido de la prisión domiciliaria para los imputados, Zambrini agregó: “cuando los imputados presentaron los exámenes médicos y psicológicos realizados por médicos que ellos desginaron, se expresó claramente que estaban perfectamente equilibrados, por lo cual desde la APDH esperamos que el Tribunal siga como hasta ahora y por eso el próximo lunes seguiremos con toda la fuerza reclamando Justicia y condena a los represores y torturadores”.

María Lujan Piñeiro, vicepresidente de la APDH San Rafael e integrante del Espacio Memoria, Verdad y Justicia, dijo que “si bien hemos respetado que se suspendiera el juicio por la muerte de José Mussere, decimos claramente que fue un torturador, un represor al que la muerte le llegó antes de escuchar su condena. Falleció antes de escuchar su sentencia pero se fue con las manos manchadas de sangre de nuestros compañeros a los cuales torturó usando la picana eléctrica y muchos de esos compañeros fallecieron a consecuencia de sus golpes y torturas”.

La conferencia de prensa de las entidades se realizó en el auditorio de LV4 Radio San Rafael y en la misma participaron familiares de los 38 desaparecidos del sur de Mendoza.
Mariano Tripiana, hijo de Francisco Tripiana, fue contundente al opinar: “Estamos preocupados con el pedido de prisión domiciliaria. No nos da seguridad, sabemos incluso que uno de los imputados amenazó a uno de los testigos. Por eso pedimos cárcel común para los imputados y no en sus domicilios, porque todos respetamos el proceso judicial y se ha hecho dentro del marco de le ley. Por eso si el Tribunal hace lugar a esta medida, veremos que medidas adoptar”.

Ambas entidades fueron acompañadas por la Agrupación 24 de Febrero y por el Partido Justicialista de San Rafael. Por eso, Mario Taboada de la citada Agrupación instó al “pueblo de San Rafael a conocer la verdad de lo que pasó. Los compañeros muertos o desaparecidos eran luchadores y creemos que este juicio demostrará la real situación por la que ellos pasaron”.

Javier Molina, en representación del PJ departamental consideró que “creemos en el veredicto del Tribunal, que será con sabiduría y en base a los desgarradores testimonios que han brindado los compañeros que fueron reprimidos y torturados por quienes están acusados. Seguimos acompañando a los familiares de los desaparecidos”.

Por último, María Lujan Piñeiro consideró que “hasta el momento no ha salido en este juicio la responsabilidad y complicidad de los civiles. Creemos que las heridas de los pueblos se curan con Justicia, y eso es precisamente lo que esperamos de este juicio”.




Extraño aviso funebre por Mussere

Se conoció hoy un aviso funebre que publica servicio sacerdotal de urgencia en el cual ruega por el alma "del hermano guardián José y por la paz de su familia". Al respecto publicamos nota que salió en mediamza.com hoy.

Un aviso fúnebre "rogando" por un represor

La muerte de José Martín Mussere, trajo consigo una situación inesperada a través de los avisos fúnebres de diario Los Andes. Allí pudo verse hoy el siguiente mensaje dedicado al fallecido comisario: “El Servicio Sacerdotal Nocturno ruega por el alma de su Hermano Guardián José y por la paz de su familia”. La pregunta es inevitable: ¿por qué la iglesia saluda la memoria un represor?



Hay que recordar que Mussere estaba siendo juzgado en el marco del primer juicio oral y público que se realiza en Mendoza por la desaparición de 4 sanrafaelinos durante el último gobierno militar. El juicio “histórico” en la provincia comenzó el 1 de julio.

El represor se encontraba en una celda común dentro del pabellón 8 en donde falleció. Así lo comunicaron fuentes policiales "el ciudadano José Martín Mussere Quinteros, de 63 años de edad, se encontraba ayer a las 19:00hs dentro de su celda, previo a acostarse se cortó el pelo y luego se echó a dormir. Apenas cerró los ojos comenzó a roncar de forma muy extraña por lo que su compañeros dieron aviso a los carceleros".

Se insiste en la pregunta: ¿a qué se debe el mensaje de apoyo del Servicio Sacerdotal? Por ahora, una pregunta sin respuesta.

Conferencia de Prensa: Repercusiones

A propósito de la conferencia de prensa que dió nuestro espacio ayer, copiamos artículo publicado por LV4 + audio nota a Mariano Tripiana.

Por un bicentenario sin impunidad

Las entidades y organismos que siguen de cerca el juicio a los genocidas de la última dctadura militar dieron una conferencia de prensa donde puntualizaron que la muerte de Mussere, no debera servir como chivo expiatorio para que se le de prisión domiciliaria a los genocidas y torturadores de personas en la última dictarura militar. Mariano Tripiana, hijo de un desaparecido( Francisco Tripiana) señaló en conferencia de prensa en el auditorio de LV4 que la Muerte de Mussere , no deberá servir para que los abogados defensores de los genocidas pidan prisión domiciliaria para los imputados que mucho mal le hicieron a los sanrafaelinos.




Juicio suspendido hasta el lunes 9

Nota en Diario Los Andes de hoy: Suspensión juicio y conferencia de prensa de nuestro espacio!

Suspenden hasta el lunes el juicio por delitos de lesa humanidad

Debido al fallecimiento de uno de los imputados por delitos de lesa humanidad, fue suspendido el juicio oral que se realiza en la ciudad de San Rafael.

El ex policía José Martín Mussere, de 62 años, murió en la cárcel de San Rafael, tal como informó ayer este diario, poco después de terminar la audiencia del martes. Según se informó, el deceso se produjo a causa de un infarto de miocardio. Ayer, antes de disponerse la suspensión, la defensa de otro de los imputados, José Labarta, ex miembro del D2, presentó un parte médico donde se recomienda su reposo por estar afectado por una crisis de hipertensión.

También antes de la determinación adoptada por "razones humanitarias", según el tribunal, se recibió el pedido de la Fiscalía de requerir al municipio de San Rafael todos los nombres y fechas de los intendentes que se desempeñaron desde 1974 hasta 1983, ya que varios de los testigos han indicado a ese lugar como uno de los sitios donde se torturaba a los detenidos.

Llamado de organizaciones

El "Espacio Memoria Verdad y Justicia - San Rafael", integrado por organizaciones educativas, gremiales, religiosas, políticas, vecinales, culturales, y ciudadanos independientes, convocaron a una conferencia de prensa a realizarse hoy a las 11 en el auditorio ubicado en las instalaciones de la radio LV4.

Se expondrá la posición del Espacio en referencia al fallecimiento del "represor y torturador" Mussere y a la solicitud de la defensa de los otros imputados para el arresto domiciliario de los mismos.

"No queremos permitir que se vayan a sus casas", dijo María de Luján Piñeyro, en representación de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH). Además agregó que "aunque Mussere no haya tenido una condena penal, creemos que lo condenó la sociedad".

De todas formas la decisión según, Jorge Roberto Burad, presidente del tribunal, y los vocales Roberto Julio Naciff y Héctor Fabián Cortés, se adoptará cuando se reciba el informe socio-ambiental del lugar de detención solicitado oportunamente.

Mas sobre la muerte de Mussere

Nota de elsolonline.com

Murió en su celda uno de los imputados

Como una mala jugada del destino para los familiares de los desaparecidos, uno de los cinco imputados por las desapariciones de Francisco Tripiana, Roberto Osorio, Pascual Sandoval y José Guillermo Berón falleció ayer en la cárcel de Encausados de la penitenciaría de San Rafael.

Se trata de José Martín Mussere, quien se desempeñó como policía y llegó a ser, incluso, jefe de la Unidad Regional II de esa fuerza de seguridad.

Según confirmó el director del penal de la cárcel sanrafaelina, Ricardo Gatica, Mussere falleció alrededor de las 20 de lo que, se presume, sería un paro cardíaco.

De esta manera, el debate oral se queda sin uno de sus imputados.

MUSSERE. José Martín Mussere estaba acusado de privación ilegítima de la libertad en concurso real con el delito de imposición de tormentos agravada, y durante el debate oral se le agregaron los delitos de homicidio calificado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas, todo relacionado con las desapariciones de Francisco Tripiana, Roberto Osorio, Pascual Sandoval y José Berón.

Además, estaba acusado de asociación ilícita, por lo que su futuro no se veía muy bien.

Mussere, que tenía 62 años y había nacido el 2 de diciembre de 1947, se desempeñó como oficial de policía durante la dictadura y sirvió de enlace con las fuerzas militares al mando del mayor Luis Suárez.

Durante el debate fueron varios los testigos que complicaron al ahora fallecido ex policía.

Uno de los testimonios más relevantes fue el de Luis Barahona, quien lo señaló como la persona que lo detuvo en Malargüe y que lo trasladó hasta la Municipalidad de San Rafael en los primeros días de la última dictadura militar.

Allí, Barahona explicó que Mussere lo hizo subir tres escaleras arrastrándose mientras le propinaba golpes de puño y patadas y cada vez que se caía debía comenzar de vuelta su recorrido.

Otro que también complicó a Mussere fue el ex ministro de Gobierno y juez de la Suprema Corte, Alfredo Rafael Porras, quien en su declaración del lunes señaló que Mussere acompañaba a Suárez a todos lados y que formaba parte de la comitiva militar, a pesar de su estado de policía.

Asimismo, lo mencionó como parte del grupo de tareas que funcionó en San Rafael, donde se produjeron 38 desapariciones. Incluso, el director del hospital Schestakow, quien sufrió los secuestros de varios de sus familiares y tuvo que soportar varios allanamientos y golpizas, señaló que el más feroz de todos era Mussere.

SU ACTITUD. Durante el mes que ha pasado desde que se inició el debate oral y sus quince jornadas, Mussere siempre tuvo la misma actitud.

Llegaba con la cabeza gacha la mayoría de las veces, apoyado en un bastón y de a ratos tomaba notas, mientras que en otros lapsos de tiempo parecía dormir o al menos simularlo.

En algunos momentos, y cuando algunos testimonios lo nombraban, levantaba la vista para mirar fijamente al testigo que lo mencionaba, tal vez, queriendo demostrar un poder que ya no tenía sobre los mismos ex detenidos que 34 años después relataban ante los magistrados cómo habían sido torturados mientras permanecieron encerrados, principalmente en los calabozos de los tribunales sanrafaelinos, en un centro de detención que se denominó Casa Departamental.

Su actitud no cambió ni durante su encierro en la Cárcel de Encausados, adonde “se mudó” junto con los otros imputados: Raúl Ruiz Soppe, Juan Labarta y Aníbal Guevara el 6 de julio, luego de que se ampliaron las acusaciones en su contra.

Con respecto al juicio, fuentes del tribunal confirmaron que, seguramente, hoy será suspendido y será retomado el lunes, ya que Mussere falleció frente al resto de los imputados que deberán declarar qué fue lo que ocurrió.

Mientras tanto, los familiares de las víctimas no lamentan la muerte de Mussere, sino la imposibilidad de saber cuál fue el destino de sus desaparecidos, esos que llevan 34 años llorando.

Falleció Mussere

Hoy, martes 3 de agosto falleció en su celda el represor José Martín Mussere. Aparentemente la muerte fue a causa de un ataque al corazón aunque no es mucha la información que nos llega. Por ahora compartimos con ustedes nota de mediamza.com

Falleció José Martín Mussere en la Cárcel de San Rafael




Esta tarde falleció en la celda en la que se encontraba internado el Comisario José Martín Mussere, según informó el Director de la Cárcel, Dr. Ricardo Gatica.

Mussere se encontraba en un celda común dentro del pabellón 8 en donde falleció. No es un detalle menor considerar que los defensores del imputado en el juicio habían pedido la eximición de prisión o el beneficio de prisión domiciliaria, que había sido autorizada por el Juez de la instrucción, Héctor Raúl Acosta.

En estos momentos, tanto el fiscal como el juez de turno, Dr. Pablo Peñasco están en la Cárcel realizando las diligencias procesales sobre el entorno en el que se encuentra el cuerpo, para disponer su traslado a la morgue con el objeto de realizar allí la necropsia de rigor.

La causa del fallecimiento habría sido un ataque cardíaco.

Jornada lunes 2/8

El resumen de la jornada de ayer, primera del mes de agosto según El Sol


“Tomamos conciencia de que algo andaba mal a partir de Tripiana”

Tres testigos, dos de ellos figuraban en los planes de los magistrados, mientras que el tercero fue pedido por la querella. Sus relatos fueron escuchados ayer por los jueces que llevan adelante el juicio por delitos de lesa humanidad en San Rafael. Los primeros en hablar fueron Josefina Margarita González, esposa del desaparecido Roberto Osorio, y Alfredo Rafael Porras, ex juez de la Suprema Corte y ex ministro de Gobierno durante la gestión de Rodolfo Gabrielli. El testigo de la querella fue Carmen Torres, empleada del hospital Schestakow, quien fue mencionada como conocedora de un lugar donde tiraron cuerpos, pero negó todo. Tanto González como Porras nombraron a José Mussere y a Aníbal Guevara, complicando aún más la situación de ambos.

EL ABOGADO. Alfredo Rafael Porras llevaba tres años como abogado cuando el 24 de marzo de 1976 un grupo de militares y policías se presentó en la finca donde vivía, junto a su esposa, embarazada de seis meses. Luego de labrar un acta, un oficial del Ejército le comunicó que quedaba a disposición de las Fuerzas Armadas. Porras comenzaría un camino que lo mantuvo 14 meses encerrado. El primer sitio fue la sede de Infantería de San Rafael, donde estuvo dos días encerrado junto a Francisco Tripiana, quien está desaparecido, al igual que Roberto Osorio, Pascual Sandoval y José Berón, los cuatro casos que motivan el juicio. También estaba detenido un dirigente del Partido Comunista llamado Roberto López. Según explicó Porras, durante la noche que estuvo en Infantería, un grupo de uniformados preguntó por Osorio y lo sacaron de la celda, minutos después vinieron por él y juntos fueron encerrados en un garage abierto, custodiado. En mitad de la noche, nuevamente lo llamaron a Osorio y lo sacaron del lugar en el que estaba junto a Porras. Fue la última vez que el testigo vio a Osorio, ya que, supuestamente, fue trasladado al centro de detención conocido como Casa Departamental, donde su ingreso figura a las 2.20 y su egreso a las 2.35. Cuando amaneció, Porras fue devuelto con sus compañeros y, luego, fueron todos trasladados a la Casa Departamental, donde el testigo compartió celda con Tripiana, López y el ex gobernador José Martínez Baca. Según Porras, no fue sometido a torturas, aunque pudo observar cómo llegaban detenidos políticos con indudables marcas de haber sufrido los castigos de militares. Así confirmó el testimonio dado por Luis Barahona, quien acusó a Mussere de haberlo golpeado y de luego haber sido torturado en la Municipalidad de San Rafael. Según Porras, cuando Barahona llegó a la Casa Departamental tenía marcas en el cuerpo, y su cabello parecía haber sido arrancado. Agregó que todas las noches, el mayor Luis Suárez, quien estaba a cargo del Ejército en San Rafael, insultaba a los detenidos. Porras mencionó a Mussere como uno de los miembros de la custodia de Suárez y afirmó que siempre que el militar iba a la Casa Departamental formaba parte de la comitiva. Incluso, dijo que quien comandó su traslado a Mendoza fue Mussere. Según las conjeturas de Porras, los imputados Guevara y Mussere, junto a Suárez, un suboficial de apellido Alonso y un policía ya fallecido, Daniel López, formaban un grupo de tareas. Aseguró que lo incluía a Guevara, no por haberlo visto durante su encierro, sino porque era el nexo con los familiares de los detenidos. Previamente a su traslado a Mendoza y luego a la Unidad 9 de La Plata, Porras compartió las últimas horas de vida de Tripiana, antes de que este engrosara, igual que Osorio, la lista de los desaparecidos. Según Porras, una noche, a Tripiana le dijeron que quedaba en libertad y lo llevaron a un salón donde le hicieron firmar un papel. Desde la mirilla de la puerta de la celda, logró ver a Tripiana, que, muy serio, miraba hacia donde estaban sus compañeros de celda y escuchaba al médico, Cristóbal Ruiz Pozo preguntarle: “Negrito, ¿estás bien?”, sin siquiera revisarlo. Al otro día, cuando la familia de Tripiana le llevó comida, sus ex compañeros de encierro se enteraron de que el supuesto liberado no había llegado a su casa. “Tomamos conciencia de que las cosas estaban mal a partir de Tripiana”, explicó Porras y agregó que los tomó por sorpresa, porque la víctima era un militante humilde, que nada podía tener que ver con grupos guerrilleros, los cuales, además, afirmó que nunca habían existido en San Rafael, ni antes ni durante la dictadura. “Era como una puesta en escena, hicieron como una especie de obra de teatro, le hablaban fuerte para que todos escucháramos que lo dejaban libre. Tripiana estaba muy serio, como presintiendo que algo estaba mal”, afirmó Porras. Según explicó el testigo, que durante la democracia fue juez de la Suprema Corte durante año y medio, para luego convertirse en ministro de Gobierno con Gabrielli, una vez en libertad se contactó con un sindicalista, Telmo Zapata, que fue liberado la misma noche que Tripiana. Zapata le aseguró que fueron conducidos todos los liberados en un celular policial y que a Tripiana lo dejaron para el final del recorrido. El calvario de Porras duró un año y dos meses. Fue liberado en La Plata, junto a Barahona. El viaje hasta La Plata lo compartió, entre otros, con Ángel Bustelo y Antonio Di Benedetto y, según Porras, el primero fue golpeado.

LA ESPOSA. También declaró Josefina González, la esposa de Osorio. La mujer explicó, en un testimonio varias veces interrumpido por su llanto, que fue detenida la madrugada del 24, junto a su marido, y trasladados ambos a Infantería, de donde ella fue llevada a la Casa Departamental y, finalmente, a la Cárcel de Encausados, en la que estuvo casi dos meses. La noche de la detención, los dos se encontraban con su hijo de un año en la casa de los padres de ella, cuando apareció un grupo de soldados que puso a Osorio y al padre de la mujer contra la pared. Los uniformados comenzaron a pegarles e insultarlos. Se lo llevaron a él y a su mujer y sólo ella apareció. Tras su liberación, González explicó que tanto su papá como la mamá de Osorio lo buscaron y que un militar les dijo que no preguntaran más, “porque si uno desapareció, podía desaparecer toda una familia”. En una de las tantas averiguaciones y pedidos a Suárez, se encontraban con Guevara y Mussere. La mujer dijo que le llegaron rumores de que el cuerpo de su marido había sido encontrado camino a Mendoza y que aún vive con mucho temor, por eso, ante una pregunta del tribunal, alegó que espera “nunca más” vivir algo similar.